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2.4.4. Entradilla o in situ

Se trata de la aparición en imagen del informador en el transcurso de una pieza. Es un recurso que permite, además de reforzar la credibilidad, personalizar la información. El informador debe saber si el in situ será entradilla, medianilla o salidilla, es decir, si irá al comienzo, en medio o al final de la pieza, lo cual determinará el contenido.

Debe evitarse que el contenido del in situ acabe “hipotecando” el resto de la historia. Si en el in situ se cuentan las principales ideas que nutrirán la pieza, se habrá limitado la posibilidad de un montaje coherente. Por tanto, el informador deberá pensar no sólo en lo que va a decir en el in situ sino en el posible texto de la pieza; así se evitarán reiteraciones innecesarias y se mantendrá el interés en todos los momentos de la información.

Debe recordarse la importancia del sonido. Un in situ en el que el informador se vea obligado a elevar la voz o gritar resultará incómodo al espectador. Salvo que la relevancia de las imágenes lo aconseje, carece de sentido que la intervención del informador resulte inaudible o incomprensible por haberse realizado con el ruido de fondo de un helicóptero, de una lancha o de una ovación. De nuevo, conviene recalcar que la función del informador en imagen es enriquecer la información y no hacer alardes de escaso o nulo valor informativo.